En Tlaxcala es más probable morir por un plomazo que en un accidente de tránsito…
por Isael Pérez Olivier
Con información obtenida en la página web del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a agosto de 2022, de acuerdo con los datos proporcionados por la Procuraduría General de Justicia, en el Estado más seguro del país se registraron 89 muertes dolosas, un promedio de 11 por mes; o lo que es lo mismo, un baleado o acuchillado cada tercer día. Más los que se han acumulado en los meses de septiembre y lo que va de octubre, por lo que muy seguramente, sí la tendencia es la misma y la aritmética elemental no me falla, estaríamos hablando de cerca de 110 muertes violentas y me estoy quedando corto, pues tan solo durante la madrugada de este sábado se registraron dos víctimas fatales más en el municipio de Tlaxco; a ellos, súmele dos feminicidios reconocidos por la autoridad investigadora. ¿Usted recuerda un episodio tan negro en otras administraciones estatales? La verdad, yo tampoco.
No sé qué opinen al respecto los colectivos de mujeres quienes manejan otros datos sobre los feminicidios, o los deudos de las demás personas privadas de la vida con extrema violencia. Como tampoco sé si las cifras oficiales son maquilladas con una intensión perversa de crearnos una falsa sensación de seguridad a los tlaxcaltecas. Pero lo que sí sé, en base a los propios datos arrojados por el Secretariado Ejecutivo Nacional y luego de un rápido análisis, es que en nuestra entidad hay una estrategia de seguridad fallida, porque existen más probabilidades de que pudiéramos morir por un plomazo que en un accidente de tránsito.
Qué no me cree, pues vamos a los datos duros y puros. De las 89 muertes violentas, 45 fueron producidas con arma de fuego, 12 con arma blanca y 32 con otro tipo de elementos. En tanto que, de los 2 únicos feminicidios reconocidos, uno fue con arma blanca y el otro, con un elemento que no se precisa. Mientras que, en el mismo lapso, se registraron 25 homicidios culposos; de los cuales, 24 fueron por accidentes de tránsito y el otro restante, con arma de fuego. Es decir, en Tlaxcala mueren más del doble de personas por proyectiles balísticos que por choques o atropellamientos; y hay cuatro veces más probabilidades de que le arrebaten la vida de forma violenta, a que la pierda en un accidente de tránsito.
¡Ah, sí! A esos delitos por favor súmele dos secuestros contabilizados y reconocidos por la parte oficial. El primero denominado extorsivo y el otro, exprés.
Aceptando sin conceder, que son sólo 89 asesinatos y 2 feminicidios en los primeros 8 meses del año, pregunto, sin el ánimo de incomodar: cuál es el nivel de efectividad de nuestra triada investigadora; es decir, cuántas de esas muertes se han esclarecido a través de las investigaciones científicas, de gabinete y de campo realizadas por el Ministerio Público, Peritos y Policía de Investigación, cuántos presuntos culpables fueron consignados ante un Juez de Control, pero lo más importante, cuántas sentencias condenatorias se han obtenido por esos hechos. ¿El 30, el 20 o incluso el 10 por ciento? Por favor, díganme que al menos 1 de los 89 y con eso me conformo. Ajá, así de efectiva nos resultó la administración de Lorena Cuéllar Cisneros.
Y esto es así, porque ya sea por la porosidad de los márgenes estatales de la que se aprovecha el crimen organizado o desorganizado, para venir a tirar cuerpos, como lo señala el Secretario de Gobierno Sergio González Hernández, o por la incapacidad operativa para prevenir el delito del titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, General Raúl Ruiz García, o por la impericia para perseguir el delito por parte de la Procuradora General de Justicia del Estado Ernestina Carro Roldán, y por culpa de las mismas direcciones de las 60 policías municipales, nuestra situación actual es preocupante e indignante por la falta de resultados.
Por eso es que no me deja de sorprender, cuando desde el gobierno local se repite hasta el cansancio que vivimos en el Estado más seguro del país. Lo dice orgullosa la titular del Ejecutivo Lorena Cuéllar Cisneros y lo replica cada vez que puede el secretario de Gobierno. Pero a todo ello, Usted qué opina. ¿Se siente seguro cuándo sale de su hogar?, ¿O cuándo van sus hijos a la calle?, ¿Abre su negocio con la tranquilidad de antes?, ¿Deja su vehículo estacionado con toda confianza? ¿O juega a la ruleta rusa porque no hay de otra?
Sí, ya sé, todos tenemos la misma sensación que eriza la piel y que le crispa los nervios hasta al más osado. Claro, coincido con Usted, un ciudadano en su sano juicio ya no se siente seguro en Tlaxcala. Bueno, pues prepárese para lo que viene, porque nos faltan 4 años y 10 meses de la administración morenista y nos encontramos en una espiral ascendente de violencia e inseguridad.
Quisiera decirle que “no panda el cunico”, pero no podría, porque para mí que estamos valiendo Barriga señor Pistola. Y solo puedo decir: ¡Oh, y ahora quién podrá defendernos!…
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