Por Edgardo Cabrera
Desde este espacio nuestro pésame a la familia del menor José N., originario de San Francisco Tetlanohcan.
Lo recordamos porque su familia recurrió a Gentetlx para quejarse por el engaño que sufrió de la coordinadora de programas federales, Lorena Cuéllar, y sus funcionarios, quienes a principio de año lo fueron a ver a su casa para entregarle una tarjeta del Bienestar SIN FONDOS, sacarle fotos con la comitiva de la dependencia federal y hasta grabarlo en video agradeciendo el supuesto apoyo.
Pese a ser exhibido y utilizado con fines propagandísticos, nunca le entregaron el apoyo, por el contrario, tras la queja fue abandonado a su suerte, desgraciadamente la falta de recursos y de atención (como se lo prometieron) derivó en una desgracia.
Y si bien hay insensibles que aseguran que “con apoyo o sin apoyo” la suerte del menor sería la misma, el padre, Salome Cuapio Garza opina lo contrario, esos 2 mil 550 eran vitales para destinarlos a diversos gastos, entre ellos para traslados de su hijo a terapia y consultas.
Hoy esa muerte estará en su conciencia, bueno, si es que la tienen porque nadie puede rebatir que la carrera política de la eterna aspirante a la gubernatura se ha construido a base de la enfermedad, salud y desgracia de otros.
POR SUS PISTOLAS
Literal, ¡por sus pistolas!, el tesorero de Apizaco Iván Cuapantecatl, su hermano y dos mujeres fueron detenidos, el sábado 20 de julio por elementos federales, al momento de ser revisados en un retén ubicado sobre la carretera Apizaco-Huamantla, a la altura de la gasolinera de San Cosme Xaloztoc.
“Afortunadamente”, declaró el funcionario, se logró acreditar el permiso para la portación de dos armas propiedad de su pariente, por lo que al siguiente día recobraron su libertad.
Y si bien no se le inició un proceso penal, el capítulo es una raya más en su antecedente como funcionario municipal, recordemos que en su momento sus propios compañeros de trabajo se quejaron de su comportamiento por alterar el orden en las festividades denominadas “Romerías” que organiza el ayuntamiento.
Ahora sabemos que en compañía de sus parientes porta armas “por seguridad”, y eso simplemente mancha la imagen de su jefe, el alcalde Julio Hernández, quien ha emprendido una intensa campaña contra la delincuencia.
Recordemos que el presidente municipal ha lanzado una serie de acciones que incluyen equipamiento y capacitación para los policías, así como una novedosa APP para atender rápidamente los llamados de emergencia.
Que el hermano del funcionario prefiera cargar pistolas evidencia que no confía en la administración a la que se debe el tesorero y eso lo deja mal parado al mandar la señal de que es mejor armarse que esperar el auxilio de las corporaciones de seguridad.
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