Necios y errados
Por José Luis Ahuactzin
La gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros está desorientada.
Resulta que prefiere meter ‘presión’ política en el gobierno estatal de Tamaulipas, exigiendo que saquen las manos y dejen tomar posesión en el cargo como gobernador a su correligionario Villarreal, cuando en Tlaxcala hay decenas de víctimas por homicidio, feminicidio y en general por la delincuencia, por ejemplo, no le merece ni un mensaje.
Fiel al estilo de los dinosaurios, la mandataria prefiere la politiquería que jalar las orejas a sus funcionarios para dar resultados, ya que el pasado 27 de este mes firmó un desplegado -junto con otros 19 gobernadores y la jefa de la CDMX- y fijar la presión política a los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), para tal fin.
Mientras la gobernadora anda desorientada al poner atención en otros estados del país, su gabinete se encuentra en un desorden que no se le ve ni pies ni cabeza a la cuarta transformación.
El gobierno estatal sigue operando de la misma manera que los gobiernos priistas; de hecho, son priistas en las nóminas obesas, de amigos y compadres.
Y en eso de los priistas, quienes ya reaparecieron de nueva cuenta en la búsqueda de reflectores son el exmandatario Marco Mena y Beatriz Paredes, esta última en la búsqueda de la candidatura a la presidencia de la República, con el respaldo del primero.
Pues resulta que, ambos políticos han formado un frente nacional -según ellos- con otros ex gobernadores del PAN y PRI, para generar una alianza de oposición a Morena rumbo a la renovación presidencial; eso sí, los reflectores desde la CDMX porque, al igual que la mandataria ex priista, no son profetas en su tierra.
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