Dudas, dudas y más dudas
27 septiembre, 2022
Por Martin Ruiz
La extraña muerte de la empresaria pastelera, Donají M., dueña de “Donna.mx”, en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Apizaco, durante la tarde del pasado domingo, sin dudas ha dejado entrever que la relación entre los colectivos feministas y el gobierno estatal no pasa por su mejor momento, porque prevalece la desconfianza hacia una administración que al parecer no ha podido demostrar con hechos que está de su lado.
Aunque las especulaciones y rumores inundaron las redes sociales sobre el fallecimiento de la empresaria, quien se dice era víctima permanente de abuso físico y psicológico de parte de su esposo Delfino Chamorro Macías que hasta hace unos días se desempeñó como un influyente funcionario estatal, anoche la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) salió a tratar de aclarar los hechos, lo cual no lo consiguió del todo.
Primero porque revela que inició una carpeta de investigación bajo el protocolo de feminicidio, el cual obliga a investigar toda muerte de mujeres, niñas y adolescentes en razón de género, pero más adelante con base en los dictámenes realizados en medicina forense, criminalística de campo, química forense, dactiloscopia, genética forense y psicología forense, así como la investigación de campo y gabinete realizadas por la Policía de Investigación, bajo la conducción del Ministerio Público, adscritos a la PGJE, y al tener “pruebas contundentes”, llegó a la conclusión de que la muerte de María Donají N., no fue un homicidio doloso ni feminicidio.
El fallecimiento de la empresaria se estaría considerando como un suicidio. La mujer se habría encerrado en la cochera de su vivienda e inhalado monóxido de carbono de la unidad automotora que estaba estacionada, pero en funcionamiento y que finalmente esa acción le provocaría la muerte, según trascendió en la PGJE que no ha confirmado ni negado esa información.
La versión oficial no dejó contento ni satisfecho a nadie, sobre todo porque se dice que no se cumplió con el Protocolo de Investigación Ministerial, Policial y Pericial con Perspectiva de Género para el Delito de Feminicidio y porque se prejuzga la indagatoria.
De acuerdo con ese documento, en los suicidios de mujeres, los feminicidas pueden simular que la víctima cometió suicidio o muerte accidental; ocurre también que las mujeres pueden cometer suicidio como la culminación de haber sufrido violencia de género.
Por tal razón, se recomienda estar alerta para que esto no sea un argumento invocado por las personas a cargo de la investigación criminal para no indagar la violencia feminicida y las razones de género y archivar el caso como suicidio.
En pocas palabras, se dice que el suicidio es resultado de la misma violencia, según se puede leer en la página 12 del mencionado Protocolo.
Llama la atención la celeridad y rapidez con que este caso fue investigado (24 horas) y la forma en que el personal de la Procuraduría General de Justicia en el Estado llegó a la conclusión de que no se trató de un homicidio doloso ni feminicidio, porque ningún otro expediente en el que haya estado involucrada alguna otra víctima femenina ha sido resuelto en el mismo lapso de tiempo ni recibido la misma atención especial por parte de las autoridades.
Me parece que el gobierno estatal se vuelve a equivocar y lejos de buscar recomponer su relación con los colectivos feministas genera mayor desconfianza con sus decisiones y actuaciones, porque sólo bastaría con que una amiga de la empresaria o un familiar saliera a descalificar la investigación y revelar los maltratos que sufría la tlaxcalteca para no creer la conclusión a la que llegó anoche la PGJE.
Delfino Chamorro formó parte del equipo cercano de la actual administración estatal y se menciona que aparte de ser funcionario era uno de los empresarios que habría recibido jugosos contratos a través de otro influyente servidor público cuya oficina está en Palacio de Gobierno.
Incluso la pastelería de María Donají N. y Delfino Chamorro era la consentida para surtir los pasteles que regala el Despacho de la Gobernadora a los funcionarios o amigos cercanos por su onomástico o para celebrar otra fecha especial.
La duda sobre la conclusión de este caso se mantendrá y las especulaciones serán la constante.
Por lo pronto, es un hecho que los colectivos feministas seguirán siendo los principales críticos de la actual administración porque sencillamente no le tienen confianza. Así de fácil.
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