SOY TEBAC
Por Mauricio Hernández Olaiz
Este día de muertos que mejor que reconocer la obra artística de mi difunta esposa, Sandra Karla López Ayala. Y ese reconocimiento mismo hace imposible no examinar y valorar ese espacio al que ella tanto quiso y por el cuál aprendió tanto.
El TEBAC fue su segundo hogar, donde mejor se sentía al transformar solo conceptos en preciadas piezas. Pese a su corta estatura movía un gran tórculo, ese tan famoso en el taller, dónde tantas y grandes manos produjeron obras maestras, hoy representativas del estado. Ese mismo tórculo aprendió a usar con esa pasión que la caracterizaba, además de su olor a tinta que la evidenciaba que había estado en el TEBAC, como tantos otros días.
Fueron miles de horas las que pasó dentro de su amado taller de estampa básica y avanzada Camaxtli, aprendiendo de la gráfica, sus mil y una formas, de la mano y voz de grandes maestros y otros creadores.
Junto al TEBAC Sandra apareció en varios y bellos libros con su obra, al igual que tantos maestros de la gráfica de Tlaxcala. También recuerdo cuando participó con sus obras en ese especial en honor a la lucha libre, o la toma de Zacatecas, las máscaras de Huehues o bien la gira por Argentina y Uruguay. Siempre de la mano del TEBAC y del Maestro Pérez Martínez.
Yo no tengo ni el talento, ni la creatividad artística para decir que Yo soy TEBAC, Pero Sandra lo fue y con profundo orgullo. Hoy desde mi trinchera no puedo más que solidarizarme con todos aquellos y aquellas artistas, creadores, maestros, quienes hoy también luchan contra la triste historia por la recuperación de tan preciado espacio lleno de arte, tradición, lucha y concepto.
Además, me sumo a su exigencia para que la Secretaría de Cultura (SC) del estado le restituya la coordinación del TEBAC a quién ha sido su más grande promotor y referente, Enrique Pérez Martínez.
Por supuesto hay plumas y voces mucho más enteradas y capacitadas para hablar de la historia y trascendencia del TEBAC. Yo lo hago desde el amoroso recuerdo de mi esposa y de su crecimiento artístico, y como ya le dije, de su amor a ese espacio. Hoy ella ya no está aquí para defenderlo. Pero seguro estoy que acompaña en esencia y hasta espíritu a todos sus compañeros, en lo que, a todas luces, es un acto solo surgido en la cabeza de alguien que no le tiene el mínimo respeto a la historia, al arte y la cultura del estado, no importando que sea su secretario.
De Antonio Martínez Velázquez como secretario de cultura de Tlaxcala se ha dicho y escrito mucho. La mayoría no muy bueno, y ante la evidente sinrazón imposible el entendimiento de aniquilar tan esencial espacio de creación, aunque lo quiera disfrazar con su ya tan característico estilo.
Se dice preparado y culto, probablemente, yo ni le conozco, ni falta que hace. Probablemente haya leído mucho a García Márquez y sus 100 años de soledad, o la región más transparente de Fuentes, tal vez a Kant o Martin Heidegger cuando había que ponerse dizque filósofo, pero eso no impide ver que no es un verdadero artista, sino solo un vil burócrata en busca de poder.
Su pasado lo define, no las obras de arte que no tiene. Antes panista que en las tertulias vomitaba a AMLO, hoy solo le brinde alabanza como el resto de un gobierno que nació priista y lo sigue siendo. Su disfraz de moreno es tan malo como su gestión en el gobierno.
La cultura es de creadores no de canceladores y Martínez lo es. Yo no puedo decir que una brillante creación en su gestión haya sido el de poner un antro arriba del MAT. Pero igual cancela al TEBAC como al festival de Jazz o al de coros y voces, como en el pasado canceló la colección de periodismo cultural, que durante 25 años editó la secretaría de cultura federal. Igual promueve mejor a los cuates copiones que a los grandes referentes, esos que ya ponían en la historia del arte a Tlaxcala mientras aún chupaba de biberón. Y no necesitaban del mentado Si Existe.
Así pues, de festivales de Ver “gotas” a batallas de Puebla el 5 de febrero, cuesta entender porque alguien que casi ni está en el estado pueda decidir de un plumazo terminar con un espacio que es referente de la cultura y el arte de Tlaxcala y de quienes lo han hecho lo que hoy es…insisto el arte, la cultura son propiedad de sus creadores, no del estado ni de sus gobernadores, que poco o nada saben del tema.
¿Es para demostrar que tiene poder? Pero ese se le acaba mañana o pasado. Me cuesta entender porque ante lo evidente, los grandes maestros, los artistas que han hecho de Tlaxcala un referente, sigan callados, algunos.
Hoy en Tlaxcala no se reconoce a los padres fundadores de espacios que le han dado tanto a la entidad, se les busca extinguir como si su fuego no fuera lo suficientemente intenso.
Porque las decisiones intestinas no sofocarán jamás un legado irrefutable de trabajo, pasión, creatividad, mensaje y conocimiento. Eso de lo que está hecha la cultura, no del bluff que la temporalidad de un cargo provee.
Este día de muertos celebro junto a Sandra del TEBAC, que seguirá muy vivo durante muchos años más.
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